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sábado, 16 de junio de 2012
viernes, 11 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
martes, 14 de febrero de 2012
“Why do we have to listen to our hearts?” the boy asked, when they had made camp that day.
“Because, wherever your heart is, that is where you’ll find your treasure.”
“But my heart is agitated,” the boy said. “It has its dreams, it gets emotional, and it’s become passionate over a woman of the desert. It asks things of me, and it keeps me from sleeping many nights, when I’m thinking about her.”
“Well, that’s good. Your heart is alive. Keep listening to what it has to say.”
“My heart is a traitor,” the boy said to the alchemist, when they had paused to rest the horses. “It doesn’t want me to go on.”
“That makes sense. Naturally it’s afraid that, in pursuing your dream, you might lose everything you’ve won.”
“Well, then, why should I listen to my heart?”
“Because you will never again be able to keep it quiet. ”
“You mean I should listen, even if it’s treasonous?”
“Treason is a blow that comes unexpectedly. If you know your heart well, it will never be able to do that to you. Because you’ll know its dreams and wishes, and will know how to deal with them.
“My heart is afraid that it will have to suffer,” the boy told the alchemist one night as they looked up at the moonless sky.
“Tell your heart that the fear of suffering is worse than the suffering itself. And that no heart has ever suffered when it goes in search of its dreams, because every second of the search is a second’s encounter with God and with eternity.”
From “The Alchemist”
miércoles, 8 de febrero de 2012
de Pedro Aznar al Flaco Spinetta
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito
Pedro Aznar